La Educación Habitual

La Educación Habitual

Fundamento de la Educación Habitual

El fundamento de educación habitual es el siguiente hadiz del Profeta Muhammed (la paz sea con él) relativo a la oración. Abu Dawood y Ahmad narraron de ' Amr ibn Shu'aib de su padre, que su abuelo, dijo: el Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: "Enseña a los niños a orar cuando tienen siete años de edad y dales una ‘palmada’ (pegarles) si no rezan cuando tienen diez años de edad y sepáralos de sus camas". (Sunna de Abu Dawood Nº 459, Musnad Ahmed Nº 6650, clasificado como auténtico por Al-Albani en al-Irwa' no. 247) La repetición que continúa durante tres años es suficiente para infundir la oración, para que se convierta en un hábito sólido en el carácter de la persona. Esto está claro también en lo dicho por Ibn Masud (que Allah se complazca con él): "Acostúmbralos a que hagan el bien, dado que la bondad (el bien) se convierte en un hábito" ([1]). De esta forma, la educación habitual no es sólo para reafirmar los actos de culto, también incluye modales, ética y comportamiento ([2]).

Cómo Aplicar la Educación Habitual

Los hábitos se forman a partir de una edad muy temprana, el bebé de seis meses se siente feliz cuando repite lo que le agrada a la gente a su alrededor. Esta repetición establece el hábito. Esta formación de hábitos continúa hasta que llega a siete años de edad ([3]). La madre debe evitar demasiados mimos desde el nacimiento del niño. En el primer día de nacimiento, el bebé puede sentir que alguien lo está cargando, por eso deja de llorar. Si siempre es cargado por sus padres, se convertirá en un hábito que lo calma cuando la madre o cualquier otra persona lo carga. Siempre sucede cuando la madre se apresura a cargar a su bebé cuando llora. Además, la madre debe ser cuidadosa de no despertar al bebé para amamantarlo, porque podría perturbarlo y hacer que él se acostumbre  a ser amamantado durante la noche, y se convertiría en un hábito el  despertarse durante la noche para ser alimentado incluso si no está realmente hambriento. Este hábito puede continuar hasta que se convierte en un adulto, por ejemplo, despertarse para comer durante la noche. Algunos padres y educadores cometen un gran error riéndose cuando su hijo pronunciar alguna mala palabra, tal actitud podría hacer el niño se sienta feliz u orgulloso por lo que dijo. Ellos incluso podrían elogiar al niño cuando realiza un mal comportamiento como patear o morder a sus hermanos; este estímulo forma  e impone este hábito negativo en el carácter del niño.

A través de la educación habitual, el niño gana buenos modales en dos métodos (primero): Fitrah (disposición natural) (segundo): familiarización y habituación. Puesto que el monoteísmo y la moralidad son innatos en los seres humanos, la adaptación y la habituación ayudan a que se impongan en su carácter ([4]).

Para entrenar al niño en los actos de culto y los buenos modales, tenemos que realizar muchos esfuerzos para lograr la repetición y puntualidad a través de la política de la zanahoria y el palo (o sea, la recompensa y el castigo), estableciendo un modelo a seguir, el seguimiento y otros métodos educativos ([5]).

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([1]) Manhay Al-Tarbia Al-Nabawia, por Mohamed Nour Swaid: página 354.

([2]) Manhay Al-Tarbia Al-Islamia por Mohamed Qutb: página 381.

([3]) Al-Mushkilat Al-Sulukia por Nabieh Al-Ghabrah: página 20.

([4]) Ihya’ ' Ulum Al-Din por el Imam Al-Ghazali: 3/58-59.

([5]) Manhay Al-Tarbia Al-Islamia por Mohamed Qutb: página 381.